Los cambios que se están dado dentro del panorama de la medicina  privada, y, más concretamente, en el ámbito de la ginecología y la obstetricia, hacen plantear la posibilidad de desarrollar un proyecto viable y ambicioso para la atención de la mujer, no ya solo dentro de la esfera de la propia especialidad, sino en cada una de las vertientes que englobe el concepto de salud para ellas.

Los otros tres rangos diferenciadores que debemos de buscar en nuestro proyecto serían, la personalización en la asistencia, la aplicación de tecnología de última generación y la innovación.

Sobre estos últimos aspectos dos breves pinceladas. El sector sanitario privado, con un alto nivel de competencia, a la hora de fidelizar clientes ha caído, en muchas ocasiones, en el error de no considerar a los pacientes de sociedades médicas, cada vez más crecientes, como  pacientes privados, imbuyendo su asistencia dentro de  equipos de trabajo. Nuestro compromiso, en ese sentido, debe de ser el de que cada profesional acompañará a su paciente, de forma personalizada, tenga la procedencia que tenga y siempre que lo necesite.

Desde esta perspectiva es necesario introducir subespecialidades en la asistencia que mejoren la atención, pero siempre dentro de la integración en los circuitos asistenciales. Se han de buscar agilidad y alta resolución como conceptos definitorios.